miércoles, 25 de abril de 2007

La lógica de lo irracional

Pareciera imposible hablar de una lógica que por definición (λóγος = Razón) debiera ser una anatomía de la razón, y que sin embargo, muchas veces responde a factores más bien irracionales. En Venezuela, la praxis política se ha convertido en una negación de su discurso. Se discuten propuestas “sociales” que en última instancia terminan beneficiando a un pequeño grupo, evidencia de esto la llamada oligarquía que tanto critica el gobierno y que finalmente, como todos los extremos se tocan, terminaron asumiéndola ellos mismos. Es una incoherencia permanente en todos los niveles de la sociedad donde cada política aplicada es inversamente proporcional a su fundamentación teórica. Nunca antes se había hablado tanto de desarrollo endógeno, y nunca antes se habían importado tantos productos; nunca se había hablado tanto del poder popular, la soberanía popular, del “pueblo”, y nunca el presidente había tenido tanto poder. Una democracia extrema en teoría, y en la práctica un totalitarismo con todos los vicios que implica, como todas las degeneraciones que muchas veces terminan siendo lo que critican pasamos de una democracia teórica a una oclocracia pragmática que esconde y confunde las intenciones de una persona con las intenciones de un pueblo. Cuanto más dinero ingresa, más degenerada e inflacionaria se vuelve la economía, cuando en teoría y “lógicamente” debería mejorar. Este es un gobierno lleno de buenas intenciones y lleno también de malas políticas públicas; un gobierno que ha justificado todos sus errores en la lucha contra el capitalismo, y que finalmente convierte la economía de la nación en un capitalismo de estado donde la administración pública, que hasta ahora no ha sido nada exitosa en ninguna de sus versiones, termina asumiendo el control pleno de la sociedad. Ahora bien ,las contradicciones no son solo para el gobierno, también debemos mencionar que la oposición nunca había sido tan radical, tan intransigente y tan opuesta al régimen de turno, y sin embargo, nunca había habido un aliado tan fiel a su enemigo, donde cada vez que comete un error, la oposición comete otro para salvarlos. Somos una sociedad inorgánica, incoherente y llena de vicios, y el gobierno es un reflejo de eso, es reflejo de la improvisación y de la irresponsabilidad venezolana, donde nadie tiene que ver con el otro, donde empezamos algo y con las mismas ganas lo abandonamos dejándolo incompleto, una sociedad donde la vocación social del político se traduce en oportunismos, y a la gente no le importa que se den cuenta porque también somos indignos, y además nos reímos de eso. Así como no hay continuidad en nuestros actos tampoco hay continuidad en las políticas y proyectos que se hacen; todos los gobiernos quieren surgir como una negación de lo anterior (IV república versus V república) y en definitiva terminan siendo lo mismo, todo el mundo cree que tiene la razón, y por tanto todos hacen lo que les da la gana sin escuchar a nadie. El presidente, que realmente debería ser un funcionario público más, se convierte en el dueño del país, en un caudillo, y al igual que cada funcionario en su cargo, maneja las cosas como mejor lo crea, y por supuesto, en beneficio de ellos mismos. La política nunca había sido tan maquiavélica y el fin último para el gobierno es mantenerse en el poder la mayor cantidad de tiempo posible; cuando la tendencia mundial es promover la alternancia del poder, para evitar los vicios que muchas veces se desarrollan en las gestiones largas, en Venezuela estamos apostando por un gobierno que ya tiene 8 años, y que la idea es estar por lo menos 14 años más. Los gobiernos (no solo este) quieren que se les evalué por sus intenciones y no por sus resultados. ¿De qué le sirve a la sociedad venezolana un gobierno cuyo principal objetivo es acabar con la pobreza, pero que en último lugar por una mala gestión hace al país más pobre? ¿De qué le sirve a Venezuela un gobierno que promueve la inversión privada, el desarrollo endógeno, la construcción de pequeñas y medianas empresas, pero luego, como estás no se adaptan a sus intenciones importamos todo y jugamos a la quiebra de ellas? ¿De que sirve esa inversión? ¿A quien beneficia, al pueblo o a los que tienen acceso a los créditos? ¿A quien beneficia el control cambiario, al pueblo o los funcionarios que si tienen acceso al cambio sin control?.

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