domingo, 30 de mayo de 2010

Subdesarrollo del siglo XXI

No hay mejor indicador de que un gobierno ha fracasado, cuando después de varios años de gestión, cualquier representante que sale a la calle, incluyendo al presidente, es bombardeado de papelitos y noticas de las personas que logran tenerlo cerca. Cada papelito que reciben, representa una frustración, una necesidad, un problema que el gobierno, sus ministerios e instituciones no han podido resolver; la vivienda, para la salud, la cañada del barrio, el colegio que se está cayendo, el empleo y muchas otras.
La cantidad de solicitudes es tan alta, que en la mayoría de los casos estos altos funcionarios designan comisiones para leer cada mensaje y canalizarlo con el organismo correspondiente.
El Presidente Chávez, que abrió su cuenta en twitter hace pocos meses, pensando en ampliar sus estrategias electorales queriendo emular el fenómeno Obama, no ha podido usarlo como quería, porque a medida que se iban sumando los primeros seguidores, ya el Presidente comenzaba a girar instrucciones para atender las solicitudes que recibía: “@chavezcandanga: Hola Andres.Pues tenemos q atenderlos! MinOrtegaDiaz: mandeme propuesta aceleracion. Tarek: seguimiento! Gracias amigo Villav”. Cada mensaje son respuestas a esas necesidades y frustraciones de siempre, que ahora, además de papelitos también vienen por tweets.
La convulsión del twitter de Chávez, le ha hecho crear una misión (Misión Chávez-Candanga), 200 personas trabajando y un fondo especial para atender las solicitudes. El oficialismo, demagógicamente, lo presenta como algo bueno, un gobierno 2.0 que da respuesta a las necesidades de su pueblo; lo que si es cierto es que cada mensaje representa una necesidad que no ha podido ser atendida a través de los mecanismos regulares y buscan cualquier estrategia para que los altos funcionarios los escuchen; esto es otra evidencia de que en Venezuela hay dos Estados, dos Sistemas, los regulares que poco o nada funcionan, y los atajos, a través de amigos, de comisiones, del favor, de la maraña; este sistema no depende de los impuestos, ni mucho menos de los ingresos del petróleo, es la materialización más cruda y salvaje de la corrupción, masificada y cotidiana, en todos los niveles.

Publicado en laverdad.com en la dirección: http://www.laverdad.com/detnotic.php?CodNotic=35150

miércoles, 5 de mayo de 2010

¿Será que los venezolanos enloquecimos?

Hace ya dos años el gobierno venezolano creó fondos comunes con Irán y Vietnam para la fabricación de bombillos de bajo consumo, de los cuales, 500 mil fueron donados a EEUU. Un año después, en el 2009, el gobierno venezolano arrancó su producción de celulares nacionales y socialistas, “el vergatario”; y para este año, Venezuela y Argentina, inaguran la primera fábrica de tractores para “fortalecer la soberanía agroalimentaria del país”, que ya de por sí está bastante fortalecida ya que prácticamente no importamos ningún alimento.

Mientras todo esto ocurre, el país continua con los racionamientos eléctricos, producidos (según el gobierno) por un fenómeno natural que inhibe las lluvias y que desafortunadamente sólo ha perjudicado a Venezuela, porque el resto de los países no se han visto obligados a aplicar políticas de este tipo. Así mismo, la inseguridad bate record por varios años consecutivos, y otros sectores, como el servicio de agua, salud y la economía (inflación), que sí son competencias naturales del gobierno, son insostenibles.

Esto me recuerda un trabajo de Franz Hinkelammert, filósofo alemán residenciado en Costa Rica, varias veces invitado por el gobierno nacional, en el que sostiene la tesis de la “inversión de los derechos humanos”, es decir, como en nombre de los derechos humanos, precisamente se violan esos derechos.

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