domingo, 11 de abril de 2010

Racionando el progreso

Sin ánimos de incurrir en la polarización infertil sobre las razones o culpables del problema eléctrico venezolano, quiero expresar mi asombro ante el hecho en sí mismo y sus consecuencias.

Para los que estamos al tanto del dinámico mundo en la era digital, nos enteramos hace meses, sobre las tentativas gubernamentales de algunos países en decretar el acceso a Internet como un derecho fundamental. Mientras eso ocurre allá, aquí no podemos pensar en Internet, porque estamos resolviendo un problema decimonónico:el del suministro eléctrico. Un país que presume de las reservas de petróleo más cuantiosas del mundo, además que pretende cambiar (mejorando) las estructuras políticas, sociales y económicas de latinoamérica, no puede ser el mismo país que iniciando el 2010 se ha visto en la necesidad de aplicar racionamientos al consumo eléctrico debido a un inminente colapso del sistema; no concibo que estemos hablando de la misma realidad.

Muchos lugares del planeta, por razones económicas, no cuentan aún con suministro eléctrico o de agua potable. Creo que esa es la muestra de que más allá de los éxitos locales de cualquier país, emerge el fracaso de las políticas mundiales y de todas las organizaciones internacionales que buscan el bien común. El caso de Venezuela es distinto, porque teniendo los recursos y las condiciones, no supimos hacerlo bien.¿Alguien se ha detenido a pensar la cantidad de combustible (que al igual que la electricidad, también es energía) que se está derrochando producto del racionamiento eléctrico, cuando la gente prefiere pasear en su carro que estar a oscuras en su casa? ¿Toda la contaminación ambiental generada por la incorporación improvisada de plantas eléctricas? ¿La fuerza productiva que se desperdicia al exonerar forzosamente 2 horas de trabajo diarias a casi todos los trabajadores del país? ¿El tiempo que deben invertir las empresas en reconfigurar sus equipos electrónicos-digitales todos los días cada vez que se restituye el servicio, o en reestructurar los horarios de trabajo para que no afecte la producción? ¿El tiempo perdido en las largas colas por los semáforos que se apagan y hacen que el tráfico colapse?

Publicado en el Diario Los Andes, en Soberania.org, en analitica.com y en La Region.


1 comentario:

  1. sin hablar de las consecuencias indirectas sobre la economia... o el terrorismo institucional que se vive en las instalaciones publicas, donde hay amenazas de despido por llegar tarde 2 o 3 minutos, y como de hecho ha sucedido con mas de 300 despidos en el poder judiacl aduciendo esa causa....

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