martes, 19 de noviembre de 2013

La política de gobierno es la anarquía

No es primera vez que ocurre que este gobierno quiera poner orden anarquizando; ya lo hizo Chávez en el 2005 con la oleada de expropiaciones de supuestas tierras ociosas que, para eliminar las dudas sí que se hicieron ociosas luego que las agarró el gobierno, y ahora lo hace Maduro quien, en un conjunto de medidas para tratar de bajar el precio del “especulativo” dólar paralelo, no se le ocurre nada mejor que obligar a todos los comerciantes a entregar su mercancía al costo o con un margen de ganancia inferior al 20% sin importar cuándo y con qué divisas fueron adquiridos los productos. Esta última jugada es un movimiento suicida que pretende hacer alarde de una fuerza política que ya no tienen; es como gastar las últimas municiones que le quedan todas juntas para hacer creer que está más fuerte que nunca y que además le sobran balas. En el muy corto plazo esto tendrá dos consecuencias efectivas, primero, dará una falsa sensación de abundancia y prosperidad ya que el aumento del consumo crecerá abruptamente durante el mes de noviembre, segundo, hará creer a la clase baja y media que lo incipientes aumentos salariales del año tuvieron un poder fortalecedor sobre el presupuesto familiar; todo esto para poder terminar el año y aprovechar el impulso que necesita para las elecciones del 8D.

A mediano plazo la balanza se inclinará al otro extremo, primero, una escasez postguerra en todos los productos del país, ya no sólo comida sino ropa, electrodomésticos y cualquier cosa que hayan arrasado en el “blackfriday” venezolano de noviembre. Segundo, una vez desintoxicados de las anfetaminas consumistas, la gente se dará cuenta de que tiene menos poder adquisitivo que en la misma fecha del año pasado. Todo esto aunado a la fuerte depresión que dará ver tiendas cerradas y anaqueles vacíos.


Estamos claros que en cualquier democracia, incluso en las verdaderamente modernas, el gobierno debe tener un papel medidamente regulador sobre lo que los comerciantes venden a sus consumidores, en calidad y precio; para eso existirán organismos como INDEPABIS en Venezuela y sus equivalente fuera de ella. Ahora bien, si esto hubiera funcionado no había que crear un “operativo especial” para (ahora sí) proteger al consumidor, y menos aún, aprovechar esta supervisión para robar a los comerciantes que, supuestamente, estaban robando al pueblo. Si algún comerciante recibió dólares CADIVI y quiso aprovechar su escasa fortuna generando ganancias groseras, que lo detengan y le abran el proceso de investigación; lo que no podía pasar era que aprovecharan el hallazgo del comerciante usurero para enviar a una manada de gente a comprar productos al costo o con un descuento improvisado anunciado por televisión; eso es anarquía y fomentar el desorden con la más absoluta irresponsabilidad. Insisto, decomisen la mercancía, abran la investigación correspondiente y detienen a los responsables; revisen que las empresas que están interviniendo sean las que realmente recibieron CADIVI, además, revisen que todas las empresa que recibieron CAVIDI sean supervisadas. Tanto la oposición como el gobierno saben que estas medidas a mediano plazo traerán más problemas que beneficios, el gobierno trata de sacar provecho a un aumento de la popularidad para noviembre y diciembre del año en curso, la oposición trata de desenmascarar la demagogia anticipando el caos que vendrá para el primer semestre del 2014.

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